Por Andrés Bellavitis

Durante la pandemia, el barbijo se convirtió en un objeto indispensable para combatir y prevenir el esparcimiento del virus. Sin embargo, los tapabocas tradicionales representan una barrera de comunicación para las personas sordas o con Hipoacusia, ya que al cubrir el rostro dificultan las expresiones faciales e impiden la lectura de labios, la única forma de comunicarse posible cuando no se sabe la lengua de señas. Ante esta problemática, surgieron los barbijos “inclusivos”: tapabocas confeccionados con telas transparentes.

A raíz del establecimiento del uso obligatorio del barbijo para prevenir el contagio del COVID-19, distintas organizaciones que trabajan en pos del cumplimiento de los derechos de las personas sordas o con Hipoacusia, se movilizaron para reclamar la implementación del uso obligatorio de los barbijos transparentes, ya que consideran que dentro de la disposición del Gobierno se han omitido las necesidades básicas de esta población, generando barreras para el desenvolvimiento en su vida cotidiana. Una de las iniciativas que llevaron a cabo para dar visibilidad a esta problemática, fue la junta de firmas para que el gobierno incorpore el uso obligatorio de barbijos que permitan la lectura de labios. Además, resaltaron la necesidad de que los trabajadores de servicios esenciales, como los cajeros de supermercados, comerciantes, fuerzas de seguridad, personal de salud, políticos y periodistas, utilicen barbijos de este tipo.

El Instituto de Lengua de Señas de la Argentina (ILSA), fue una de las instituciones especialistas en el tema que se sumó a la propuesta del uso de barbijos transparentes como la mejor opción para el abordaje de esta problemática. Así lo expresó Virginia Dominguez, directora de ILSA: “Las máscaras faciales transparentes tampoco sirven porque para hacer las señas debemos tocarnos la cara. Llegamos a la conclusión de que lo mejor era confeccionar el barbijo transparente y fue un éxito rotundo”, dijo a Infobae.

Además, surgieron movimientos solidarios para apoyar el uso de los barbijos “inclusivos”. Uno de ellos, tuvo como protagonistas a la Fundación PRASAM por los Derechos del Niño, en el marco del proyecto “Emo bocas”, y a internos de un penal de La Plata, quienes en conjunto elaboraron 200 tapabocas transparentes para niños y niñas sordos o con hipoacusia, alumnos de escuelas de la zona.  “El objetivo es restituir el derecho a la comunicación, expresión que se encontraría vulnerada con el uso de un tapabocas típico en niños hipoacúsicos”, expresó al respecto Daniel Rosenberg, Presidente de PRASAM.

El mundo de la moda también se sumó a apoyar la causa, de la mano de marcas de indumentaria argentinas que comenzaron a confeccionar tapabocas inclusivos. Milagros Torroba y Maria Pelle fueron dos de las diseñadoras precursoras en la creación de este tipo de barbijos. Sus diseños se hicieron rápidamente famosos cuando el Vicejefe de Gobierno Diego Santilli comenzó a usar los “tapabocas inclusivos” de su marca en sus apariciones públicas. “Nos dimos cuenta de que nuestros barbijos podrían ser de utilidad para las personas hipoacúsicas para leer los labios. Pensamos que este era un problema social que no se estaba visibilizando. Enseguida nos contactamos con el Gobierno de la Ciudad, con Diego Santilli,y a él le llega mucho más porque uno de sus hijos es hipoacúsico En ese sentido hubo mucha conexión y él apoyó nuestro proyecto”, dijo Milagros a la revista Para Ti.

En este marco, algunas provincias como Entre Ríos, Córdoba y Chubut, se hicieron eco del pedido de inclusión de las necesidades de las personas sordas o con hipoacusia dentro de las normativas del uso de barbijos. 

En el caso de Entre ríos, se busca promover el uso de tapabocas transparentes en cajeros de supermercado, agentes de policía y personal de salud. Se propuso además la posibilidad de, en caso de no poder contar con este tipo de barbijos, establecer un protocolo de comunicación entre trabajadores esenciales y personas sordas o con hipoacusia, en el que se permita  retirarse el barbijo al momento de hablar, manteniendo  la distancia social correspondiente. 

En Córdoba, el Concejo Deliberante de la Capital presentó un proyecto de ley para el uso obligatorio de tapabocas inclusivos en los servicios públicos. La norma contemplaría que el 10% del total de trabajadores públicos usen obligatoriamente barbijos transparentes.   

Por último, en la Ciudad de Comodoro Rivadavia, los concejales sancionaron la modificación para la ordenanza del uso obligatorio de tapabocas inclusivos. Esta medida es obligatoria para entidades públicas y privadas, para los trabajadores esenciales y aquellos que se desempeñen en el área de atención al cliente. 

Hay barbijos accesibles de distintos modelos y para todas las edades. Para que no se empañe hay que pasarlo por jabón neutro en el visor del lado interno. Se pueden lavar con agua fría o rociarlo con solución de agua o alcohol al 70%. Los precios varían entre $345 para los chicos y los $420 para los adultos. Estos diseños son aprobados por diversas entidades como la Fundación de personas con Hipoacusia y sordera, la Confederación Argnetina de Sordos y la Mutual de Hipoacusia.

Foto gentileza de: www.eldiariodelarepublica.com

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